EDUCACIÓN INCLUSIVA Y ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD: ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS.

INCLUSIÓN EDUCATIVAS: SEIS ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS EN LA ECUELA.

Los dos objetivos principales de la inclusión educativa son conseguir que todos los alumnos mejoren sus aprendizajes de acuerdo con sus posibilidades y puedan convivir con los demás y participar en actividades compartidas. 


1. La música y el canto.
La expresión musical enriquece a las personas ya que favorece el desarrollo del lenguaje y de la comunicación, contribuye a organizar los conocimientos y mejora la autoestima, la expresión emocional, la relajación y las relaciones sociales. Algunos estudios han comprobado que la participación en actividades musicales tiene especiales efectos positivos para la cohesión y la inclusión social, pues ayuda a la superación de los estereotipos y facilita el reconocimiento de los otros diferentes.
La enseñanza musical y la formación de actividades corales en un centro educativo puede convertirse en una poderosa estrategia para favorecer los aprendizajes de todos los alumnos y para contribuir a la valoración e inclusión social de aquellos con mayores dificultades.


2. Actividades deportivas.
El deporte favorece el bienestar de los alumnos, su desarrollo corporal, el valor del esfuerzo, su relajación y su predisposición para los aprendizajes posteriores. Cuando se realiza en equipo,  hay que añadir a estos valores el sentido de pertenencia a un grupo, las relaciones sociales, el respeto a los rivales y el aprendizaje de la gestión de las victorias y de las derrotas.
Estas actividades tienen también una gran importancia para los alumnos alumnos con dificultades a expresarse con su cuerpo, a regular su comportamientos, a relajarse y a disfrutar con los compañeros. Las marchas, las carreras, las excursiones y cualquier tipo de retos en actividades al aire libre son especialmente motivadoras y beneficiosas para estos alumnos.

3. El teatro y las artes escénicas.
La participación en una representación teatral tiene indudables ventajas para los alumnos: forma pare de un grupo de compañeros, lo que facilita sus relaciones sociales; tienen que asumir un papel nuevo y entender que los demás también tienen que representarlo, lo que favorece la comprensión de la identidad, la mente y las emociones de uno mismo y de los otros; es preciso memorizar un texto; es necesario aprender a esperar el momento adecuado para intervenir, lo que ayudará después en los diálogos conversacionales; y finalmente, los participantes han de controlar sus emociones, enfrentarse a las dificultades de la representación, mantener un esfuerzo continuad y ser capaces de manejarse en un escenario ante un público conocido.
No cabe duda de que la participación de los alumnos con dificultades de aprendizaje o con necesidades educativas especiales en estas actividades de acuerdo con sus posibilidades tiene un indudable valor educativo y social. Contribuye a la integración social, al reconocimiento de su función en el grupo de iguales y a sentirse partícipe en una actividad compartida.

4. Participación en encuentros y fiestas.
Existen muchos momentos para sentirse integrado en un grupo y experimentar la satisfacción de las relaciones con los otros, de tener amigos. Uno de ello tiene que ver con las "quedadas" o encuentros informales para conversar o realizar determinadas actividades. Otros son las fiestas o conmemoraciones de determinados sucesos personales como la celebración de los cumpleaños. Los que quedan o a los que se invita se sienten reconocidos e integrados en un grupo social. Es importante valorar en un centro, posiblemente por parte de los tutores, la situación de los alumnos con necesidades educativas especiales.
Las formas de intervención no son sencillas, sobre todo en la adolescencia, or la espontaneidad, sintonía y libertad que subyace en estas elecciones. También hay que tener en cuenta las dificultades específicas de los alumnos. Sin embargo, sería importante que los alumnos y las familias reflexionaran sobre esta situación y que se les animara a no olvidarse de aquellos alumnos que tienen más dificultades.

5. Participación en redes sociales.
La participación en redes y en grupos de comunicación digital es algo común en los escolares. Estos sistemas rápidos y continuos de comunicación conectan fácilmente a unos alumnos con otros y les hacen sentirse reconocidos y conectados. Habitualmente se considera que la falta de participación en estas redes es una señal de aislamiento social.
Existe el riesgo de que los alumnos con necesidades educativas especiales no sean incluidos por sus compañeros en estos sistemas. Hay que reconocer que en ocasiones ellos mismo tienen muchas dificultades de hacerlo, pero su incorporación inicial es señal de reconocimiento y de valoración. Por ello, el tutor debería animar de forma discreta a los compañeros de que no se olviden de aquellos con más dificultades a los que tienen cerca y cuyo nombres y experiencias conocen.

6. Actividades de descubrimiento fuera de  la escuela y en la naturaleza.
Esta última propuesta incluye a las anteriores y aporta una nueva pista para enriquecer el aprendizaje de todos los alumnos. Las investigaciones recientes destacan la importancia del cuerpo en los aprendizajes. Lo hemos señalado antes en el deporte o en el teatro, pero ahora lo hacemos en una nueva dimensión: la aplicación de lo aprendido fuera del aula o, formulado de forma más precisa, el aprendizaje de conocimientos en entornos naturales.
Esta perspectiva puede adoptar múltiples modalidades y concreciones: proyectos que se desarrollan fuera del aula, visitas a museos o a determinadas instituciones o empresas, o experiencias desarrolladas en un entorno natural. En relación con este último formato, conviene destacar que las investigaciones recientes destacan  que los espacios naturales como el agua, el bosque, los huertos o la vegetación favorecen el aprendizaje, la relajación y el bienestar personal.
Este tipo de iniciativas son especialmente beneficiosas para los alumnos con dificultades de aprendizaje o discapacidad, pues no solo se benefician de estas oportunidades como cualquier alumno, sino que son actividades que favorecen la interacción social y cooperación entre los compañeros.

Opinión:
Es preciso señalar que la incorporación de los alumnos con alteraciones del desarrollo o problemas de conducta a estas actividades es delicada, pues su participación en ellas puede distorsionar su funcionamiento. Por ello, es de gran importancia que la incorporación de alumnos con discapacidad a alguna de estas actividades tenga en cuenta su competencia inicial y se elijan aquellas en las que los alumnos puedan desenvolverse mejor. Incluso así, es preciso cuidar su inclusión en el grupo y preparar a sus compañeros para que faciliten su incorporación progresiva. El desarrollo de este tipo de actividades supone un centro educativo capaz de organizarlas, con recursos disponibles apropiados, y dispuestos a establecer las relaciones necesarias con otros centros e instituciones que faciliten su práctica. Unas actividades que en su gran mayoría necesitan la colaboración de las familias.




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